jueves, 31 de enero de 2013

El poder de la incertidumbre


¿Quién me puede decir a ciencia cierta que todo lo que sabe es inmutable, que no hay verdad más allá, o que tiene total certeza de que no hay mejor forma de hacer algo? 

Tendemos a creer y tomar como verdaderas las primeras asociaciones lógicas  (y no tan lógicas) que nos llegan o nos enseñan… Así contaminamos nuestra posibilidad de descubrir. El potencial de pensamiento alternativo se deprime cada vez que aprendemos sin pensar, sin dudar.

 NOS ENCERRAMOS en “relidades”, por estar cómodos en ellas sin tener que calentarnos demasiado la cabeza porque alguien “más listo o más preparado” que nosotros así lo ha entendido.

Este es, a mi humilde parecer, un gran mal del ser humano.  Imaginad dónde estaríamos ahora si todas las personas, y no solo unos pocos genios inquietos e inconformistas, tuvieran el gusanillo de debatir lo establecido, no limitándose a aceptar sin rechistar. Si cada uno se armara de espíritu investigador,  convirtiéndose en alguien que quiere la verdad, SU VERDAD, encontrarle el sentido a las cosas por sí mismo, sin condicionamientos, sin manuales de aprendizaje (y sin otros que nos pongan barreras).  Imaginad…un mundo mucho más desarrollado y próspero si se contara con la tolerancia necesaria.

Todos llevamos dentro una mezcla de sentimiento de inferioridad y resignación nos separa de rebatir los dogmas, la triste realidad es que así no se avanza. Sin embargo, hay algo esperanzador, tenemos la capacidad de despertar, la difícil pero no imposible cualidad de dudar de lo habitual, de empezar a descubrir de manera autónoma el mundo y todos sus secretos. Cuando nacemos somos los seres más creativos y curiosos del mundo, precisa y sencillamente por no saber nada, tenemos que darle forma a nuestro contexto partiendo de cero.

Por todo esto me permito el lujo de modificar la famosa cita de Sócrates… “Sólo sé que no se nada y doy gracias por haberme dado cuenta”.

PD: espero y confío en que no estés de acuerdo conmigo, critícame, duda de mis palabras y sobre todo: confecciona por ti mismo tú manera de crecer como persona.