No tiene más misterio, es difícil pretender de la noche a la mañana pasar de ser una persona físicamente poco activa a tener un cuerpo sanísimo y de escándalo en un visto y no visto.
Si quieres hacer algo bien es necesario llevarlo a cabo de manera gradual, despacito, con buena letra, sin demasiadas prisas pero sin pausas. Debemos brindarle un mínimo de tiempo a nuestro cuerpo para que se vaya adaptando, de no ser así podemos encontrarnos con lesiones o sobre-entrenamientos, es importante realizar ejercicio con intensidades y volúmenes acordes a nuestra forma física, siempre sin forzar la maquinaria.
Y como bien anuncia el título simplemente con cambiar detalles en nuestras vidas ya comenzamos a mejorar nuestras capacidades atléticas, nuestra salud y nuestra calidad de vida. Con este fin iré dando ideas para que sin demasiado esfuerzo comencemos a notar el cambio.
Recordad, lo imprescindible es tener claro nuestro objetivo y no abandonarlo porque sea duro el camino, en la constancia está el éxito.
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