La articulación glenohumeral, o el hombro, es una articulación poco estabilizada, es la que más variedad y amplitud de movimientos posee del cuerpo humano, esto se debe principalmente a su anatomía (es una enartrosis) y a que apenas hay contacto entre las superficies articulares, por lo tanto son sus sujeciones pasivas (cápsula, ligamentos y músculos) las estructuras que mínimamente estabilizarían su movimiento.
El músculo deltoides no es predominantemente tónico, y por tanto, presenta tendencia a la hipotonicidad en personas sedentarias o poco entrenadas. En el momento en el que el tono no es suficiente para ayudar a función de estabilización se requiere de la participación del manguito rotador (formado por la inserción de los tendones de los músculos subescapular, supraespinoso, infraespinoso y redondo menor), que crean una especie de envoltura protectora alrededor de la articulación.
Se entiende que la mayoría de los dolores y molestias se traducen en un desajuste de este complejo entramado muscular. Para evitar lesiones en dicha articulación es necesario un fortalecimiento del músculo deltoides al completo, a nivel de todos sus fascículos, sin dejar de prestar atención al refuerzo de los manguitos rotadores, haciendo especial hincapié en la progresividad.
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